Homo moneta

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sábado, 29 de enero de 2011

Davos y la responsabilidad sobre la Crisis Subprime

Durante el segundo y tercer día del Foro Económico de Davos fue posible apreciar un cambio en el espíritu de los banqueros con respecto al año pasado en donde públicamente estuvieron bajo ataque y siendo responsabilizados por la catástrofe financiera desatada durante el 2007 mientras escupían fuego contra sus respectivos gobiernos en privado; sin embargo ahora pudimos presenciar una contraofensiva del sector. Tal como expuse en el post previo, Gary Cohn, presidente de Goldman Sachs, afirmó que los nuevas esquemas de regulación serían la causa de la siguiente crisis financiera; Jaime Dimon, líder de JP Morgan, por su parte tuvo como objetivo particular a todas aquellas personas que culpan a los bancos por la crisis financiera. De esta forma el discurso de los bancos ha cambiado y se ha enfocado en exigir a los gobiernos la creación de un entorno favorable para que, en cumplimiento de la Ley de Gurley-Shaw, puedan ser el pilar del crecimiento económico internacional. La mayoría parece aceptar que las reformas de Basilea III tienen sentido pero han hecho público que para su funcionamiento se necesita detener la hostilidad desatada contra los bancos para que así se pueda crear un pilar sólido de interacción cultural y tecnológica para evitar así futuras crisis. Asimismo advirtieron a los gobiernos de que las bajas tasas de interés están gestando un problema inflacionario mayor. Otro punto de prioridad para los bancos ha sido el problema de la crisis del Euro. A pesar de que se tiene la confianza de que la peor parte de dicho problema ya es cosa del pasado, se advirtió que existe el potencial de pequeñas crisis a través de la región, por lo que se exhortó a los gobiernos a actuar de forma decisiva ya que, a consideración del sector, la raíz de las crisis que nos ocupan se encuentra en el endeudamiento gubernamental excesivo de la misma forma que en el sobre apalancamiento de los bancos, por lo que los gobiernos deben reconocer su responsabilidad también.

viernes, 28 de enero de 2011

Suiza y el futuro de la regulación financiera

Suiza es famosa por sus cantones, por sus paisajes, la guardia pontificia, por ser la cuna de grandes banqueros como Isaac Panchaud y por ser la sede del Foro Económico de Davos. Con respecto a esto último, en su edición 2011 hemos podido ser testigos de un gran debate con relación al futuro de la regulación financiera. En lo particular encuentro interesante los planteamientos relativos a la estructura de las instituciones, después de todo, Northern Rock era un banco que operaba bajo los modelos bancarios tradicionales y Lehman Brothers era simplemente un banco de inversión, ninguno de los dos considerado “Too Big to Fail”. Ante este hecho, en el Foro Económico de Davos, personas como el Director del Banco Nacional Suizo, Larry Summers y Gary Cohn hicieron evidente la naturaleza de los mercados financieros modernos insistiendo que las regulaciones propuestas hasta el momento como el “Volcker Rule” sólo darán como resultado un flujo de inversiones hacia activos de alto riesgo derivado de las limitaciones de dichas regulaciones y el alto índice de innovación en el sector, pensemos por un momento ¿cuál va a ser la reacción en el sector ante estas limitaciones? es posible colegir de inmediato que alguien, en menos de una semana, habrá encontrado la forma de filtrarse a través de dichas regulaciones.
Durante este periodo de desregulación financiera que inició durante la década de 1980, hemos podido presenciar una explosión Cámbrica en el sector caracterizada por la aparición de una gran diversidad de instituciones, productos y servicios los cuales, desafortunadamente, no han sido contemplados por la mayoría de nuestros reguladores quienes se rigen aún por los principios racionales del Homo oeconomicus. Un estudio elaborado conjuntamente por Gerald Caprio y Daniela Klingebiel identifica a la interferencia política, la administración bancaria deficiente y esquemas de regulación y supervisión ineficaces como 3 de los 5 principales factores generadores de inestabilidad y crisis financieras. Lo anterior es el resultado de la falta de entendimiento técnico y cultural existente entre reguladores, instituciones financieras y los usuarios del sistema, esto es de vital importancia debido a que cuando la relación existente entre los participantes en el sector se desmorona se genera un escenario como el que presenciamos en nuestro contexto en donde las instituciones financieras alrededor del orbe terminan operando bajo regulaciones inaplicables y que generan una contracción en el crédito, u otorgan un amplio margen de maniobra a las instituciones que lleva generalmente a la repetición de las fallas que se encuentran detrás de cada crisis.
En Suiza, tanto en Davos como en Basilea, los políticos y reguladores han fallado en comprender que las actividades creativas del sector han contribuido a las crisis más devastadoras de la historia principalmente debido a que se forman y se desenvuelven en diferentes mundos y diferentes culturas. Lo que la Crisis Subprime nos ha enseñado es que la estructura regulatoria no ha estado al nivel de la evolución de los mercados financieros ya que sus pilares fueron diseñados para evaluar a las instituciones de forma individual en un contexto particular y ningún regulador tiene el mandato de evaluar el impacto de la evolución convergente en cada sistema local, el desarrollo de nuevas instituciones que conforman el “shadow banking system” y su impacto en el sistema global.
De esta forma en Davos y Basilea se debe entender que el problema no sólo radica en una pobre regulación sino también en la ausencia de una regulación fundamentada en las diferencias culturales que permita a las agencias reguladores supervisar a aquéllas instituciones que tomaron riesgos irracionales, en particular aquéllas instituciones que integran el “shadow banking system” las cuales no eran sujetas a las mismas regulaciones prudenciales que regían la operación de la banca comercial, instituciones que otorgaban créditos, financiaban y proveían capital pero que necesitaban pedir prestado a los intermediarios tradicionales debido a que en primer lugar no tenían dinero propio para operar. De esta forma aparecieron instituciones crediticias que en realidad no eran instituciones crediticias, eran instituciones que necesitaban pedir prestado para poder otorgar crédito. Con esto en mente, y a espera de la respuesta del sector el día de mañana en Davos, no puedo menos que pensar para mis adentros que si hace cuac es un pato, si pide prestado en corto y presta e invierte a largo plazo es un banco, y sobre esa premisa debe girar las nuevas regulaciones internacionales.